miércoles, 26 de agosto de 2015

Trompa de elefante, ojos de dragón


Ay, mujercita, vos sabés cuán bonita
Tus ojitos brillantes se lo revelan al sol.
Tu pureza, tu luz, tu destreza, tu cabeza, tan llena de ideas.
Mujercita, vos sabés cuánto podés dar, aún sabiendo que te pueden lastimar. Pero vos, mujercita, llena de esperanzas y fantasías, lo brindás.
Mujercita, ¿cuántas veces vas a despertar leyendo "Carpe Diem" con el café? ¿Cuánto vas a tardar en vivir como te lo merecés?
No busques más. Somos vos y yo acá. Yo te amo, vos me amás. 
No te voy a lastimar, siempre y cuando estés dispuesta a jugártela.
Jugatela, sonreíle a esos monstruos. Reíte conmigo, soñá despierta.
Permitite romper los límites que te pusieron, que te ponés. No los dejes joder, podés ser lo que quieras ser.
Mujercita, tan bonita, tan fuerte, tan decidida. Estás llena de momentos fugaces, confusos, complicados, difusos.
Pero no te olvides, mujercita, sos más de lo que imaginás. 
Sos todo lo que podés dar, sos el aire fresco que respirás, los pasos que danzás, la melodía que cantás, las líneas que trazás, los colores, los sabores, celeste, pasto, mar.
 Sos todo, mujercita. Brindate al mundo nomás.

lunes, 24 de agosto de 2015

The cold never bothered me anyway


Dicen que pasando el límite de tu máximo cansancio, que cuando ves que no podés más y seguís corriendo es cuando tu resistencia aumenta. Por lo tanto, te volvés más fuerte y la próxima vez podés correr por más tiempo.
No te dejes caer justo ahora que faltan 10 minutos. No te sueltes ahora.
Llorame la vida si hace falta, llorá cuando te abracen, viendo una película, llorá en silencio, a los gritos. Llorá en tu cuarto, en la plaza, en el colectivo, llorá cuando la luz se ponga en rojo, en verde, en amarillo. Llorá bailando, riendo, cantando, leyendo. Llorame la vida si hace falta, pero no te dejes caer justo ahora que faltan 5 minutos. No te sueltes ahora.
Seguí llorando, seguí mirando, seguí sangrando, seguí gritando. Llorá besando, llorá pintando, llorá imaginando, llorá en la fiesta, en el bosque, en el mar, llorá.
Para algo tenés vida, para llorártela, y reírte al final, cuando sin darte cuenta tenés 10 minutos más.

viernes, 21 de agosto de 2015

Like you're stoned and drunk at the same time


Tenés corazón. Un corazón vivo y calmo, atrapado y vacío.  

Un corazón con potencial pero sin ganas, como si todo fuera suficiente.
Vivís conformándote, con la mirada tranquila y la sonrisa divina. 
Vivís alejándote de lo que realmente hace bien al sacarte del sillón en el que pasás tus días, tus noches, tus horas, viviendo un vacío vestido de alegría monótona y simple. 
Monótonos como tus días, sin una razón, un motivo, una circunstancia, que te mueva, que te llene, que te envuelva. Monótonas como tus charlas, tus risas. 
Tu amor, ese que tenés adentro, ese que sacás cada tanto, alumbrando, justo cuando estoy mirando.  El que no quiero ver tanto porque me hace desearlo. 
Ese amor, de multitud. Gigante, y eterno, que acompaña tu actitud errada y despreocupada, está en ese corazón.
Un corazón triste, insulso, desalineado, carente, pero uno ardiente.


Un día en la ciudad de los sentimientos muertos

El guía de turismo me sonreía como si todo estuviese bien. 


Antes de entrar nos obligaban a colocarnos una venda en el pecho, pero yo me la saqué. Nos explicaban, que no debía entrar ni un rayo de luz por esa zona, que eso arruinaría absolutamente todo el paseo. No me importó, quería conocer la ciudad igual. 
Te permitían mirar pero sin detenerte, una mirada rápida, fugaz, sin procesar muchos detalles. Yo me quedaba un ratito más, contemplando las estructuras de cada edificio que nombraban en el altavoz, enamorándome de cada rincón con diseños que ya no se construyen. 
Te permitían tocar, pero sin acariciar, sentir el tacto de una manera fría y monótona. De nuevo, no me importó y sin que me vieran jugué con este sentido hasta explotarlo. 
La venda parecía ocultar muchos propósitos, lo noté en  olores y sonidos que lograban asustarme, pero nunca dije nada porque nadie los notaba.
 La flor que el guía nos regaló estaba casi podrida, pero todos estaban encantados con ese gesto, me limité a sonreír y aceptarla como si no apestara a algo en mal estado. 
Lo más importante de esta visita fue la parte de la desgustación. Al momentos de servirnos la comida típica de la ciudad, muy pintoresca y apetitosa, nos dieron instrucciones especiales y requeridas para el momento de la in-gesta. Instrucciones que, nos remarcaron, habría que seguir sí o sí, porque entonces todos los paseos que hicimos habrían perdido el sentido. 
Yo empecé rompiendo las reglas, no me haría mal romper algunas más. No seguí las instrucciones y saboree la comida como si fuera la más rica que había comido. De hecho, sentí como si hubiese sido una de las mejores. La terminé, dejé mi plato vacío. Miré a mi alrededor y todos parecían estar satisfechos, absolutamente todos. La salsa picante me había quemado la lengua, no entendí por qué era la única que deseaba repetir, aún necesitando bomberos en mi boca.
 Me acerqué al guía y le pregunté si podía servirme un poco más, me miró extrañado y me preguntó si había seguido las instrucciones. El que calla otorga. Entendió que había hecho todo mal. Noté como su mirada cambió como si mirase a un perro herido, sentí que su lástima se había disfrazado de amabilidad. Un poco asustado, pero sin involucrarse demasiado, me sugirió salir de la ciudad fuera del grupo, y que sería mejor que pase por enfermería antes de partir, y pedir curitas extras, un kit. 





jueves, 20 de agosto de 2015

All the makeup in the world, won't make you less insecure

Cubierta de polvo para ocultar las ojeras. Rojo y negro es su destino.
"Cuanto más fuerte, mejor" - Decía la señorita de porcelana.
El espejo la acompañaba a donde fuese, "Cuánto más grande, mejor".
Sus noches eran largas y sus días eternos. Las lágrimas querían lavar la máscara que ella misma se formaba, pero cada vez que se borroneaba la volvía a retocar.
La señorita de porcelana, de rojo y negro, se odiaba y se amaba de más. Se perdía el límite entre ambos extremos, mientras esperaba que quede todo perfecto. Que no se noten los moretones, que a ella tanto le gusta admirar.
Que no se note la tristeza sin antes pintar. Que no se note que en esos ojos se hundieron barcos hasta el final, que si no está rojo y negro nadie va a querer mirar.
La señorita de porcelana, sin fuerza de voluntad, en un cuarto de espejos quería estar. Sabiendo la salida, mintiéndose a sí misma.
Arreglándose el cabello, se tiraba un beso y se iba a acostar.



I cry if I want to

Está mal el que siente dolor por las espinas cuando agarra una rosa. Se supone que no duelen, si los demás la agarran con tanta facilidad.
Es una rosa, una estúpida rosa roja y común, un poco maltratada tal vez, pero tan común que es capaz de perderse en un jardín al segundo que no la mirás.
Todos dicen que la deje allá, nadie entiende que ya la solté pero que las espinas se quedan igual.
No tiene que doler, a nadie le duele, no existe más.
¿Qué importa? Si nunca existió. ¿Qué importa? Si nunca tuvo que haber dolido.
No importa, ¿verdad? Ya nada importa si ella no está, si arreglás todo con una pincita de depilar.


sábado, 8 de agosto de 2015

His fingers do the talking

Las piernas se me endurecían y la piel se me erizaba. La moral, el tabú, su sabor, su virtud.
Solo deseaba marcar su boca con rojo vivo, su boca y un poco más. ¿Qué importa pasarnos de la raya? No está escrito como pintar correctamente la pasión en su cara.
Todos nos dijeron como deberían ser las cosas, no nos importa, nos cansa, nos agota.
No puede estar mal si mi cuerpo pide más adrenalina. Nos incita, nos invita a inyectarnos vitaminas de vivir. Y es ahí cuando sus palabras se vuelven mudas, mis oídos sordos y la piel caliente.
No importa que tire ese tesoro a la basura, equivocado, y desperdicie tanto con tal facilidad.
¿Qué importa? Si el oro está en lo que empezamos a respirar. 



martes, 4 de agosto de 2015

Like a horse on a carrousel


Me decían que si las cosas no se daban no había que forzarlas, porque las cosas suceden porque deben suceder así, porque dar muchas vueltas puede marearte.
Yo sé que es así, estoy segura que es así.
Simplemente no me quiere, simplemente no es para mí estaba escrito en mi diario de hace dos años. Viviendo un pseudo deja vu, hoy puedo volver a utilizar esa frase, y más segura que nunca. 
Mis labios no eran libres estando en los suyos. ¿Por qué aún así iba con las esposas puestas a la cárcel?
Simplemente no te quiero, simplemente no quiero que seas para mí, está escrito en mi diario de hoy. Simplemente quería saber que se sentía perderme en tu laberinto sin poder utilizar las manos. Simplemente quería perderme en vos, una tarde. Simplemente quería que la realidad supere mi ficción, aunque esté limitada. 
Porque me gusta el drama, porque me gusta probar, porque me gusta obtener mis caprichos quería cortarme las alas, pero qué bueno que mi destino sea la libertad.