miércoles, 16 de diciembre de 2015

Si a vos no te importa nadie

Su sonrisa me hace sonreir.
Tan poca importancia le da a las cosas, tan diferentes las ve.
No conozco su corazón, y creo que en su mente reina la ignorancia y el desinterés.
Nunca podríamos opinar igual de la vida, pero sonríe y quiero sonreir.
Me apuñala y saca el cuchillo brillando en plena luz del día. Sin pudor, sin tristeza, casi sin darse cuenta; y sonríe.
Siento su lengua rozándome la piel como el filo de mismísimo cuchillo que cortó mi carne. Siento la sangre, ahora, por todo mi cuerpo. Siento el calor invadiéndome como escalofríos.
Y sonríe, pero yo ya no estoy sonriendo. 


Lo que mata es la ansiedad

Un fuego que me arde en el interior del pecho, me comprime, me hace querer vomitar fuego.
Se me seca la boca y me domina el espíritu de desesperación.
Una tormenta de emociones en mi interior. No sé qué pienso, no sé qué siento, no sé quién soy.
Tengo miedo, tengo sed, quiero desaparecer.
Quiero correr sin importarme el final, quiero escupir el odio, la rabia, el mal.
Quiero hacerme frente a mí misma, mirarme sin partes escondidas, agarrarme del cuello y hacerme gritar.
Quiero llorar, quiero saltar hasta caerme, hasta que las rodillas me quemen. Quiero perder la energía, quiero ovolar y estrellarme. Quiero dejar de esquivar.
Arrancarme el corazón, me quiero dejar de ahogar.